Partimos de San Pedro de Paredes, el pueblo más guapo del valle; ya en el 2001 fue declarado premio Príncipe de Asturias al pueblo ejemplar. Delante de su iglesia nos organizamos para la ruta, que empezamos tras cruzar el puente sobre el Esva.
La subida a Adrado es la más pindia de toda la ruta. Hasta no hace mucho era la ruta que utilizaban los vaqueiros de alzada del concejo de Valdés para subir con el ganado a los pastos de verano de los concejos de Tineo, Cangas del Narcea y Somiedo. El camino asciende entre castaños y abedules y algún que otro cortín, construcciones muy frecuentes en el occidente astur y usadas para proteger las colmenas de osos lambiones, cuando todavía había osos, claro...
En Adrado encontramos varias cabañas de vaqueiros, construcciones típicas de las brañas que fueron usadas como establos y vivienda durante el invierno, antes de llevar el ganado a los pastos de verano en Tineo y Somiedo.
Desde Adrado la senda se interna en un bosque de castaños de gran porte en descenso y dirección a Calleras.
El terreno pasa a ser de bosque desarbolado con abundancia de brezos y piornos. El recorrido se vuelve más suave y en algunos tramos la senda se pierde entre la vegetación de monte bajo.
Desde esta parte se ve en el fondo del valle la garganta escavada por el Esva y en ella la presa de la antigua central hidroeléctrica. Por allí pasaremos más tarde, en el regreso a San Pedro.
Cerca de Calleras el camino vuelve a entrar en zona arbolada, por esta parte el bosque es mixto; las especies autóctonas se mezclan con pinos y eucaliptos de repoblación. En esta parte el descenso es muy suave y llevadero. Un auténtico paseo.
Así llegamos a Calleras, en el concejo de Tineo. La hora y lo relajado de la ruta invitan a tomar el aperitivo en la tienda-bar del pueblo; nos tomamos la cerveza disfrutando de la charla con una vecina del pueblo.
Desde Calleras y después de recorrer algo más de 1km por carretera llegamos a Ese de Calleras donde empieza el recorrido por las hoces; una senda acondicionada para la visita, con puentes y pasarelas de madera para salvar los accidentes del terreno y alguna área de recreo donde hacemos la comida principal del día. En esta zona abundan las especies del bosque de ribera: alisos, sauces, fresnos y castaños y robles. El Esva tiene fama de tener una de las mayores poblaciones de nutria de los ríos asturianos, especie tímida y difícil de ver a plena luz del día.
Tras llegar a la presa de la central hidroeléctrica, se sale de las hoces por un tramo escarpado tallado en la roca y asegurado en algunas partes por asideros de cuerda para salvar las partes más aéreas de la senda.
En esta zona se bifurca la ruta, girando hacia el este se puede coger una senda que vuelve a subir a la braña de Adrado para desde allí descender a San Pedro, o bien en dirección norte seguir hasta llegar al Cabanón, una antigua edificación de la compañía eléctrica, y seguir ruta hasta llegar a Bustiello.
Desde el Cabanón por un camino fácil y en descenso alcanzamos Bustiello.
Por la opción de Bustiello queda poco más de 1Km para llegar a San Pedro pasando primero por Longrey. En San Pedro, en la Casa del Obispo, la reunión habitual con la cerveza y debate para preparar y poner fecha a la próxima ruta.
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